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Además de los colores, la elección de los materiales y texturas también es importante. Una camisa lisa se combina perfectamente con una corbata texturizada, que añade profundidad al conjunto. Si llevas una camisa con un patrón sutil, te recomendamos una corbata con un patrón más pronunciado para evitar conflictos entre los diseños.
Al combinar patrones, sigue la regla básica: combina patrones sutiles en la camisa con patrones más llamativos en la corbata y viceversa. Por ejemplo, una corbata con lunares o figuras geométricas se verá bien con una camisa de rayas. En cambio, combinar una camisa de cuadros muy llamativa con una corbata también de patrón llamativo puede resultar visualmente confuso.
Para ocasiones menos formales, puedes optar por colores y patrones más atrevidos. No temas experimentar con rayas, cuadros o patrones florales que aporten personalidad a tu look.
En verano, las corbatas ligeras y claras refrescan el atuendo. En invierno, en cambio, elige corbatas más oscuras y gruesas que combinen con los materiales más cálidos de la ropa.
La clave para un look bien equilibrado es un nudo de corbata perfectamente atado. Los nudos más comunes que puedes probar son:
Windsor: Un nudo formal, ideal para cuellos anchos.
Half-Windsor: Un nudo versátil que se adapta a la mayoría de las ocasiones.
Four-in-Hand: Un nudo simple y elegante, adecuado para el uso diario.
Para que la corbata se mantenga en perfecto estado durante más tiempo, asegúrate de cuidarla adecuadamente. Guárdalas colgadas o enrolladas, para evitar que se arruguen. Limpia las corbatas según el material y evita lavarlas en la lavadora.
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Consejo final:
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